Abandono

No quiero llorar, no debo, los duendes no entienden, los ancestros se afligen, es necesario no llorar. Cala en lo más hondo, hasta los huesos, no por lo que se ha sacrificado, ni por lo que se pudo haber perdido al pasar el tiempo, como fue la juventud y el brillo en la mirada, eso tarde o temprano se habría de ir; duelen los desvelos y los apuros que hoy parecen no valer, duelen las preocupaciones por el futuro, duele que la propia persona para ella no interesa, duele, si, duele.

Pero ella quiso no estar, prefirió lo que es materia antes que este desgastado corazón, prefirió la hechicería por encima de la ternura y un latidor rebosante de ella y para ella, prefirió sentirse libre no sabiendo que implicaba ser olvidada, prefirió ser única en el sitio aunque sin espíritu a la par. Duele, si, ¡duele!

Es necesario no llorar, pero entre mis brazos siempre la tuve, desde el principio, desde su principio, para mi ella era todo, con la primera, con el tercero y el cuarto, ella era la que simbolizaba siempre el amor, porque era puro, sigue siendo puro, solo para ella, para sus negros ojos y su espigada figura. Como dejar de amarla si de sentimientos míos y por ellos llegó; porque pudo no haber llegado pero yo, a mi modo, hacia mí la atraje, la recibí y desde entonces ha sido mía, más mía que del mismo dios. Ella decidió. ¡Duele, si, duele!

Quieran ángeles o demonios que las brujas no le dañen, porque si esto pasara, nadie contendrá a los leones, nadie combatirá la cólera y la rabia que despierte lo que ya era predicción. Que se cuiden en el aquelarre, porque más que un exorcista puede llegar un exterminador.

Que se proteja y se cuide sola, porque el protector sin brazos quedó, la armadura fuerte y resistente se ha vuelto de hielo en fuego, y lo que resistía hasta balas, hoy no queda ni resquicio, porque a ella se lo entregó, para que nada le cause aflicción y como blindaje que le aleje todo dolor. Aunque yo siga diciendo que esto duele, si, duele, y jamás dejara de doler, pero que ella jamás lo diga, que de su hermosa y por demás sonora voz no se escuchen las que hoy son mis quejas, que ella no sepa lo que es decir que ¡duele! Que no entienda lo que significa dolor.

GASG